TEORÍA Y CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA Y LA CULTURA

El término “cultura” es un término polisémico, y el concepto que tiene asociado, que ha sido objeto de definiciones múltiples, posee también múltiples significados interrelacionados. Dentro de este mosaico la misma filosofía puede actuar como crítica o como legitimadora de los pilares sobre los que se sustenta una concepción de lo social, de lo político, de lo humano o de la historia.

El patriarcado, el etnocentrismo, el colonialismo, la experiencia del exilio, la invisibilización de los sujetos considerados subalternos, prescindibles, e incluso inferiores, los efectos de la ciencia y la tecnología en la dilucidación del ser humano como categoría, las intersecciones que vislumbran cruces de caminos no mostrados hasta ahora, el estudio de las desigualdades y de la responsabilidad, son algunos de los temas que han emergido con fuerza en los siglos XX y XXI.

Las aportaciones a estas cuestiones nacen en el contexto de una filosofía que aspira a ampliar sus límites, incorporando análisis y reflexiones impensables hasta ahora, cuando el borrado de fronteras propiciado por la globalización ha permitido que queden expuestas problemáticas y realidades nuevas: nuevas porque por fin se muestran, no porque no estuvieran ahí.

En este contexto hace su aparición el pensamiento decolonial, tanto en Latinoamérica (Rita Segato) como en África, con Tanella Boni, un pensamiento que parte de la crítica a la filosofía occidental moderna. Boni, ensayista, narradora y poeta, sitúa su reflexión en la intersección entre género y colonialismo. Braidotti, italiana de nacimiento, se sitúa también en el punto en el que concurren el género, las identidades múltiples y la responsabilidad, englobando en el concepto de posthumano la crítica a la idea del hombre como medida de todas las cosas.

Uno de los aspectos de la realidad sociopolítica contemporánea que más ha sido objeto de análisis es el relativo a la justicia (o las desigualdades), que se despliega, como en la obra de Nancy Fraser, en torno a la equidad y el reconocimiento.

Estamos ante planteamientos novedosos que combinan los elementos de toda una tradición filosófica incorporándolos en perspectivas originales. Este es el caso, en otro ámbito de pensamiento, de Francisca Pérez Carreño con la estética analítica en España.

La filosofía deja de dar por supuestos escenarios que creíamos inmutables hasta el punto de llegar a cuestionarse a sí misma. La experiencia vital de los distintos sujetos en situaciones sobrevenidas como el exilio o las migraciones ha puesto de manifiesto la necesidad de lo que Zambrano denomina “la razón poética”, una razón (y una filosofía) capaz de proporcionarle un espacio propio a la emoción, parte irrenunciable de la condición humana.